Hola amigos! Hoy les voy a hablar de cómo se reflejan las características de la resiliencia en la escritura. Pero…¿Sabías qué es la resiliencia? Vamos con grafología y resiliencia y cómo escribe una persona resiliente.

Concepto de Resiliencia

Hay circunstancias que nos cambian la vida. Hay quienes deben transitan catástrofes, enfermedades terminales, hechos traumáticos durante la infancia y a pesar de ello logran desarrollarse como sujetos maduros, adaptarse a la sociedad y desplegar sus talentos.

El término “resiliencia” proviene del latín “resilio” y significa: Rebotar, resurgir. Desde el campo de la física se describe como: «La capacidad de los materiales para regresar a su forma original después de deformarse debido a la presencia de algún impacto exterior».

Grafología y Resiliencia

Resiliencia en el Análisis Grafológico

Detectar en la letra manuscrita la capacidad resiliente es de gran utilidad en recursos humanos para los grafólogos que se dedican a selección de personal. ¿Cómo escriben las personas resilientes?

  • Escritura evolucionada: El grafismo va manifestando cambios, se ha modificado con el correr de los años y las experiencias vividas. Ha tenido un proceso progresivo de desarrollo, de transformación que le otorga características particulares. Esta escritura se aleja del modelo escolar inicial. Esta transformación que adopta el grafismo transmite madurez afectiva, amplitud de miras, independencia de criterio, asunción de responsabilidades y capacidad de comprensión. Capacidad de adaptación a los cambios.
  • Forma: Escritura mixta o con predominio de curvas. Indica flexibilidad, capacidad de adaptación a los cambios de la vida, agilidad mental, buena expresión desde lo verbal, intuición, extraversión.
  • Escritura regular: Con movimientos relativamente uniformes sin ser rígida ni monótona. Personalidad equilibrada, organizada, estable, capaz de controlar sus impulsos y emociones. Predomina la voluntad.
  • Escritura fluida, progresiva, espontánea: Sujeto impulsado por fluido entusiasmo hacia el futuro, “no mira hacia atrás”, su grafismo no presenta rasgos regresivos. Capacidad de adaptación, sociabilidad, espontaneidad. Se integra con las dificultades avanzando, resolviéndolas con naturalidad. Agilidad mental. Capacidad para verbalizar los pensamientos e ideas.
  • Escritura dinámica: El ritmo o cadencia de la escritura no se ven afectados. Indica dinamismo en su ritmo vital, ausencia de monotonía en sus actividades.
  • Escritura armónica: Transmite orden en su contexto. En general, no sobresale ninguna de sus zonas gráficas. Personalidad equilibrada en la mayoría de las facetas de su vida. Aprovecha la energía adecuadamente, buen rendimiento en general, posee vínculos sociales reposados, apacibles y sin sobresaltos.
    Denota apretura a los cambios, predominio de actividad, energía, capacidad de reacción y habilidad resolutivas ante los conflictos.
  • Escritura extendida: Las letras se caracterizan porque se distribuyen en el plano horizontal. Son más anchas y hay mayor espacio entre ellas que el habitual. Significa facilidad para relacionarse, dinamismo, iniciativa, deseos de proyectarse hacia el futuro, confianza en sí mismo, generosidad. Capacidad para establecer conexiones y relaciones.
  • Inclinación: Escritura vertical, vibrante, inclinada moderadamente hacia la derecha marca la iniciativa, constancia, que avanza al futuro. Capacidad de adaptación, firmeza y equilibrio ante las dificultades.
  • Presión firme: Confianza en sí mismo y seguridad en sus recursos personales.
  • Continuidad: Escritura agrupada o ligada: Indica que existe perseverancia y constancia en los objetivos que se ha trazado. No decae ante la adversidad.
  • Dirección: Escritura horizontal con cierto grado de flexibilidad, ligeramente ascendente indica optimismo, entusiasmo, capacidad creativa, capacidad de adaptación a las situaciones. Equilibrio y estabilidad emocional que le brindan buen grado de resistencia a las dificultades.
Resiliencia y grafología

Resiliencia y grafología

¿Qué Significa Resiliencia?

¿Cómo es una Persona Resiliente?

¿Qué haces tú ante situaciones críticas? Por lo general todos intentamos bloquear o anestesiar el contacto con “la herida”. La realidad es que las personas resilientes experimentan la mayoría de los problemas que experimentan las personas no resilientes. La principal diferencia es la rapidez con que se recuperan de los fracasos en su vida. Ser resiliente no impide el sufrimiento ni la angustia. Es natural que ante situaciones dolorosas nuestro estado emocional se vea afectado. La persona resiliente enfrenta una problemática y se adapta. Se da la oportunidad de descubrir una profunda riqueza en su ser saliendo fortalecida por el contacto con talentos que hasta ese momento le resultaban desconocidos. El dolor que deja una herida abierta posibilita la puesta en acción de ese potencial que va a dar sentido pleno a la propia existencia.

La persona resiliente no vuelve al estado original previo al acontecimiento crítico. No niega los hechos, ni dice «aquí no ha pasado nada». Muy por el contrario, no interrumpe su proceso evolutivo. La persona resiliente se da la posibilidad de superar situaciones dolorosas transformándolas en oportunidades para madurar. Desarrolla un talento que le permite atravesar la crisis activando un potencial que se hallaba latente.

¿Qué es la Resiliencia? Ejemplos de Resiliencia en la Vida Diaria

La resiliencia es la capacidad de adaptación, de recuperación y reorganización de las situaciones adversas para superar el momento. Es la capacidad que tienen los individuos de enfrentar y afrontar de manera constructiva las situaciones adversas y los conflictos. Es una capacidad creativa que permite vivir una vida más productiva.

Se ha descrito como un resorte o una pelota que “rebota” ante una circunstancia complicada (tragedia, amenaza, enfermedad, problema familiar, de trabajo, financiera). Es esa calidad inefable que permite que algunas personas que son derribadas por la vida volverse más fuertes que nunca. En lugar de dejar que el fracaso los supere drena la solución, encuentran una manera de levantarse de las cenizas.

Resiliencia ¿Qué es? Ejemplos

Las investigaciones demuestran que la resiliencia no es algo extraordinario. Es una característica común a todas las personas y es posible desarrollarla mediante estrategias puntuales. Los especialistas en resiliencia coinciden en que es un atributo de seres excepcionales. Es una función específica dentro de la psiquis para adoptar una actitud saludable cuando se ve forzada a “deformarse” por circunstancias externas.
La resiliencia incluye el modo de pensar, las conductas y las acciones. Y se aprende. Algunos individuos parecen ser más resistentes que otros pero es una cualidad dinámica, no una capacidad permanente. Los individuos resilientes demuestran la auto-renovación dinámica, mientras que los menos flexibles se encuentran agotados y afectados negativamente ante factores estresantes.

Origen de la Resiliencia

En 1955, las investigadoras Emmy Werner (Universidad de California, Davis) y Ruth Smith (psicóloga, Kauai) comenzaron un estudio longitudinal que siguió a todos los niños nacidos en la isla de Kauai durante ese año. Emmy Werner, estudió durante más de 30 años, hasta su vida adulta, a más de 500 niños nacidos en medio de la pobreza en la isla de Kauai.
En general, Werner y Smith encontraron que había un porcentaje de niños que enfrentaban condiciones muy adversas a medida que crecían. Problemas al nacer, pobreza crónica, padres con escasa instrucción, entornos familiares complicados, con enfermedades crónicas, alcoholismo o enfermedades mentales. Muchos de estos niños desarrollaron serios problemas alrededor de los 10 años. Algunos enfermaron de patologías físicas, psicológicas y sociales. Un tercio de los niños estudiados en situaciones adversas llevaron muy bien sus vidas, logrando adquirir un desarrollo sano y positivo. Werner y Smith los llamaron «vulnerables, pero invencibles».
En la época de los años 70 se había adoptado el término de niño “invulnerable” porque algunos de ellos parecían constitucionalmente tan fuertes que no cedían a las presiones de la adversidad y el estrés.
Los investigadores siguieron registrando a los participantes del estudio regularmente hasta que alcanzaron 40 años de edad. A estos niños se los denominó “Resilientes”.

Por qué es importante ser una Persona Resiliente

¿Cómo prosperaron estas personas a pesar de sus circunstancias en la primera infancia? A pesar de estar rodeados de «factores de riesgo» potencialmente debilitantes, los niños que demostraron mayor resistencia fueron aquellas que tuvieron acceso a elementos de amortiguamiento conocidos como «factores protectores».
El estudio de Werner y Smith demostró que, aunque una capacidad innata para la resiliencia ayuda. Nunca es demasiado tarde para desarrollar factores protectores para recuperarse de la adversidad.
El estudio de Werner y Smith demostró que los factores protectores que la facilitan, pueden desarrollarse a lo largo de nuestras vidas.

Pilares de la Resiliencia. Características de la Resiliencia

Los factores que resultan protectores son denominados pilares para los seres humanos. Debemos estimularlos una vez detectados. Ellos son:

  • Autoestima, confianza. Es la base de los demás pilares. Los resilientes confían en sus capacidades. Son conscientes de sus potencialidades y limitaciones, que les permite determinar sus objetivos y se sienten seguros de llegar a lograrlos. No obstante, reconocen la importancia del trabajo en equipo. No se encierran en sí mismos, saben cuándo pedir ayuda.
  • Introspección. Es saber cuestionarse a sí mismo y responderse de forma honesta. Depende de la solidez de la autoestima.
  • Independencia. Lograr fijar límites entre uno mismo y el conflicto. Capacidad de conservar distancia emocional y física sin caer en el aislamiento.
  • Capacidad para relacionarse. Habilidad para establecer lazos e intimidad con otras personas. Equilibrar la propia necesidad de afecto con el brindarse a otros. Buscar la ayuda y apoyo en los demás. Cuando las personas resilientes pasan por un suceso potencialmente traumático su primer objetivo es superarlo. Son conscientes de la importancia del apoyo social y no dudan en buscar ayuda profesional.
  • Iniciativa y tenacidad. Son tenaces en sus propósitos. Son flexibles pero no renuncian a sus metas, perseveran. La diferencia es que no luchan contra molinos de viento, aprovechan el sentido de la corriente y fluyen con ella.
  • Humor. Afrontan la adversidad con cierto humor. Una de las características esenciales de las personas resilientes es el sentido del humor. Contribuye a conservar el optimismo que les permite enfocarse en los aspectos positivos de las situaciones.
  • Creatividad. Es la capacidad de generar orden, belleza a partir de una experiencia dolorosa. Es el fruto de la capacidad de reflexión. No se limitan a “poner un parche” a una situación. Son conscientes de que ya nunca a volverá a ser lo mismo. El resiliente logra un «bello mosaico» cuando algo se ha roto.
  • No intentar controlar las situaciones. Las personas resilientes saben que es imposible controlar todas las situaciones, han aprendido a lidiar con la incertidumbre y se sienten cómodos aunque no tengan el control.
  • Flexibilidad ante los cambios. Las personas resilientes saben perfectamente qué quieren lograr. Pero también tienen la suficiente flexibilidad como para adaptar sus planes y cambiar sus metas cuando es necesario. Están abiertas al cambio y dispuestas a considerar diferentes alternativas, sin aferrarse obsesivamente a sus planes iniciales o a una única solución.
  • Ética. Capacidad de comprometerse con los valores y el buen trato hacia los demás. La personas resilientes entienden que el deseo personal se debe extender al bienestar común de los semejantes.
  • Capacidad de pensamiento crítico (potencialidades y limitaciones): Es el fruto de las combinaciones de los otros. El autoconocimiento es una herramienta poderosa al momento de para enfrentar adversidades y retos. Las personas resilientes saben usarla a su favor, conocen sus principales fortalezas y habilidades, así como sus limitaciones y defectos. De esta manera pueden trazar metas objetivas según sus necesidades y sueños, teniendo en cuenta los recursos de los que disponen para conseguirlas.

Fuentes de la Resiliencia

En 1995, Edith Grotberg desarrolló un modelo descriptivo basado en resiliencia. Este modelo considera a la resiliencia con carácter dinámico que permite trabajar para potenciarla y reforzarla.
Se basa en 4 expresiones Resilientes:
1. Yo tengo (Apoyo social, material y concreto, contar con personas en quienes confiar que me apoyan incondicionalmente).
2. Yo soy (Fortaleza interna, fuerza psíquica, otros me admiran, respetan).
3. Yo estoy (Fuerza de voluntad, estoy dispuesto a “hacer” responsabilizarme de mis actos).
4. Yo puedo (Habilidades personales para resolver los conflictos, encontrar el momento apropiado para hablar o actuar).

Caminos para encontrar la Resiliencia

¿Qué debemos hacer para desarrollar resiliencia? La clave es identificar las formas que probablemente te funcionen bien como parte de tu propia estrategia personal para fomentar la resiliencia.

Cómo puedo ser una Persona Resiliente

  • Establecer vínculos y conexiones. Aquí se incluye la familia, los amigos, las personas que nos ayudan en momentos difíciles. Ayudar a otros también puede ser beneficioso para fortalecer la resiliencia.
  • Buscar oportunidades para el auto-descubrimiento. Las personas a menudo aprenden sobre sí mismas y crecen en algún aspecto como resultado de su lucha con la pérdida. El sufrimiento nunca es en vano, ya que se evoluciona en los procesos difíciles. Quienes han sufrido tragedias y dificultades han reportado que sienten fortaleza, incluso cuando se sienten vulnerables, mayor autoestima, una espiritualidad más desarrollada y una mayor aprecio a la vida.
  • Evitar ver las crisis como problemas insuperables. No puedes cambiar el hecho de que sucedan acontecimientos estresantes. Pero sí puedes cambiar la forma en que los percibes y respondes a ellos. Trata de mirar más allá del presente. “Por muy oscuro que se presente tu día, el día de mañana puede ser mejor”.
  • Aceptar que los cambios son parte de la vida. “Nada es para siempre”. Esto aplica para lo bueno y afortunadamente también para lo malo. Debemos aprender a “soltar” lo viejo y encontrar los aspectos nuevos que tiene la vida. Aceptar circunstancias que no pueden ser cambiadas puede ayudarte a enfocar las circunstancias que sí se pueden cambiar.

Cómo son las Personas Resilientes

  • Avanzan hacia los objetivos de manera sensata y realista. Es importante tener claras nuestras metas. Trazar objetivos realizables, sencillos expresándolos de forma positiva. Hacer algo regularmente, incluso si parece un pequeño logro, te permite avanzar hacia tus metas. En lugar de concentrarte en tareas que parecen irrealizables pregúntate qué puedes lograr hoy que te ayude a moverte en la dirección que quieres ir.
  • Actuan ante la adversidad con decisión. Tomar acciones decisivas es actuar en situaciones adversas “como se pueda” en lugar de separarse completamente de los problemas y las tensiones y deseando simplemente que desaparezcan.
  • Alimentan una visión positiva de uno mismo. Aprende a confiar en tus capacidades para resolver los conflictos. Eres una pieza importante en el engranaje del universo. Eres valioso por el solo hecho de existir. Nutre una visión positiva de ti mismo. Confiar en tus instintos te ayuda a construir resistencia.
  • Mantienen la perspectiva de las situaciones. Conservan la perspectiva incluso cuando se enfrentan eventos muy dolorosos. Tratar de considerar la situación estresante en un contexto más amplio y mantener una perspectiva a largo plazo. Evita magnificar las situaciones por más difíciles que resulten.
  • Visión esperanzada de la realidad. Quizás hoy el panorama se vea oscuro pero siempre sale el sol, “siempre que llovió paró”. Concéntrate en hacia dónde vas, hacia el futuro.
  • Cuidan de si mismos: Prestar atención a tus necesidades físicas y psíquicas contribuye a estar preparado para afrontar todo tipo de situaciones que requieren resiliencia. Participar en actividades que te gusten y encuentres relajante. Cuida tu alimentación, realiza alguna actividad física con regularidad. Cuida tu mente y tus pensamientos.

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Construir Resiliencia: Ejemplos

¿Cómo hacerlo? Cómo responder eficazmente ante situaciones difíciles. La idea es centrarte en tus experiencias pasadas y tus fortalezas personales. Te invitamos a explorar tus respuestas a las siguientes preguntas acerca de cómo reaccionarías ante eventos desafiantes.

  1. ¿Cuáles son las situaciones me han resultado estresantes? Analiza cuáles situaciones o momentos te han provocado estrés y cómo te han afectado.
  2. Cuando me siento angustiado, triste, con miedo o enfado, ¿Qué hago? ¿Me ha resultado útil recurrir a personas importantes para mí?
  3. Recuerda alguna situación lo más cercana posible en que te hayas sentido mal. Analiza detenidamente y responde:
    – ¿Aceptaste ese sentimiento o huiste de él?
    – ¿Transitaste la emoción o te «victimizaste»?
    – ¿Pensaste en positivo o en negativo?
    – ¿Buscaste compartir la emoción con personas positivas, o a quienes te justificaran tu sentir? ¿Tengo al menos una persona en mi vida con quien puedo compartir lo bueno y lo malo? ¿Tengo fe en los demás? ¿Puedo confiar en su apoyo cuando lo necesito?
    – ¿Aprendiste y tomaste alguna decisión o simplemente te sentiste mal?
  4. ¿He sido capaz de superar los obstáculos y ¿Cómo lo hago?
    ¿Cuál de estas afirmaciones te caracterizan cuando algo va mal? “Fracasé” o “He tenido un conflicto”.
    Si, te dices a ti mismo: “Hoy, esto es lo que hay o tengo”, “hasta ahora he sido así” o “por el momento sólo me encontrado con personas así”, o “hoy mi vida se presenta de este modo… complicada”. Estás dando oportunidad a que algo se modifique en el futuro. No decretas que es algo para siempre.
  5. ¿Qué me ha ayudado a sentirme más esperanzado hacia el futuro?
    – Esperar un futuro brillante en el que sé que puedo manejar las dificultades.
    – Evaluar mis experiencias y aprender de los errores así como del éxito.
    – Adaptarme con flexibilidad al cambio y aceptar fácilmente sin inmutarme.
  6. ¿Cuido mi cuerpo descansando lo suficiente, alimentándome sanamente y haciendo actividad física?
    – Estoy en contacto con mi cuerpo y conozco lo que es bueno y que no lo es.
    – En una situación difícil pongo mi propia salud ante la expectativa de los demás.

Otras maneras de fortalecer la resiliencia que pueden resultar de utilidad pueden ser:
– Escribe sobre tus pensamientos y sentimientos más profundos relacionados con el trauma u otros eventos estresantes en tu vida.
– La meditación y las prácticas espirituales ayudan a algunas personas a construir conexiones y restaurar la esperanza.

Aquí finaliza este artículo acerca de «Grafología y resiliencia»: La resiliencia en el análisis grafológico. Sigue en esta web para aprender más de Autoconocimiento y Grafología.

Fuentes: «Escritura y Personalidad» Vels Augusto, Diccionario de Grafología y Términos Psicológicos afines, A. Vels, “Psicología para Aprendices” de Lic. Ricardo A. Fernández, «A la conducta por la letra y el dibujo» G. Tomati y Lic. R, Fernández, «Grafo-Neuro-Psico Patologías», Lic. Ricardo Fernández.